En la primera visita me voy a centrar en hacerte sentir a gusto, en conocerte, saber qué te ocurre, comprender tu problema y sobre todo escucharte. También te explicaré en qué consiste la terapia y te resolveré todas y cada una de las dudas que puedas tener. Lo importante eres tú, y aquello por lo que has querido empezar este proceso terapéutico conmigo, lo que te preocupa. A veces simplemente necesitamos ser escuchados, y es por eso que en ello baso la primera sesión, en conocerte. Pero lo importante es que, digas lo que digas, no te voy a juzgar.

No. Es cierto que a veces, al acudir al psicólogo tenemos miedo. Es normal. Es enfrentarse a algo a lo que no nos hemos enfrentado nunca, incluso a veces, nos hemos enfrentado a ello pero no ha salido bien. Tú simplemente tienes que ser tú, contar lo que quieras contar. No hay nada que cuentes que sea más correcto que otra cosa, no hay historias o maneras de contarlas, buenas o malas.

A veces hay personas que llevan cosas apuntadas a la primera sesión porque eso les hace sentir más cómodas. Lo importante es que entiendas que no es algo que TENGAS que hacer, solo hazlo si crees que es lo que necesitas.

La respuesta es no. No existe ninguna obligación, por supuesto, para que tú le cuentes todo a tu psicóloga, en este caso yo. Pero sí que hay algo que es cierto, cuanto más sepamos, más podremos ayudarte. Y, si eres sincero, nos ayudará a que la terapia vaya más rápido. Pero mi prioridad es tu comodidad. Si no te sientes lo suficientemente cómodo con una historia o hay algo que de momento no quieres contar, no pasa nada, cuando te sientas preparado para ello, yo te escucharé, y trabajaremos con ello. Muchas psicólogas y psicólogos dicen que lo primordial para que el tratamiento vaya bien es que les cuentes TODO, pero yo creo que, a veces, es necesario estar preparado para hablar de un acontecimiento concreto. Y aquí estaré para cuando te sientas preparado.

Pero también es importante tener en cuenta algo, la confidencialidad. Todo lo que ocurra en la sesión, todo lo que me cuentes, es confidencial. Y respetando la LOPD  3/2018, de 5 de diciembre. Como decían en aquellas películas “lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas”, lo que pasa en la consulta, se queda en la consulta.

Ni si ni no, si no todo lo contrario.

Tanto las sesiones online, como las sesiones presenciales, tienen sus ventajas. Si has llegado hasta aquí puede querer decir que sigas teniendo interés en este tipo de terapia.

Lo fundamental en cualquier tipo de consulta psicológica es sentirse a gusto, ese es mi trabajo, pero también es el tuyo. ¿Te sientes a gusto hablando con tus amigos o familiares por Zoom/Meet cuando no podéis veros en persona? Si has respondido que sí, entonces déjame hablarte de algunas ventajas de las consultas psicológicas online:

• Ahorro de tiempo: El tiempo que antes tenías que invertir en el desplazamiento para ir a la consulta de tu psicólogo, ahora no lo tienes que gastar, tienes la consulta en tu propia casa. A golpe de click.
• Ahorro de dinero: Las consultas físicas son más caras para las psicólogas, tenemos más gastos y, por ello, necesitamos también más ingresos. Por esto, las tarifas online son más accesibles.
• Accesibilidad: Si te mudas o te vas de vacaciones -entendiendo que las vacaciones son un descanso y, lo mismo no quieres tener consulta durante ese tiempo- puedes realizar tu consulta desde cualquier lugar. Puedes entrar en la sesión desde tu ordenador/móvil en Galicia, Roma o Islandia, solo necesitas un dispositivo electrónico y acceso a internet. Aunque es importante que la cobertura y la calidad sean buenas, para podernos entender y ver correctamente.

La respuesta es sí y no a la vez.

Actualmente funciono mediante agenda y una pequeña lista de espera de máximo 5 personas. Es decir, una vez cierro agenda, como máximo guardo una lista de 5 personas. Esto es debido a que considero que la espera puede llegar a ser cansada para quien contacta conmigo y quiero ofrecerles el mejor servicio y con la mejor calidad. Hacer esperar más de 3 o 4 meses, sin saber una fecha específica, puede llegar a causar confusión e incertidumbre en la persona que me consulta.

Otra opción si quisieras esperar pero sin «tener la presión» de estar en una lista de espera, sería que, en caso de haber cerrado agenda, apuntaras tu mail para avisarte en el momento en el que vuelva a abrir agenda, por si aún no has encontrado otra psicóloga ni empezado un proceso terapéutico y sigues teniendo interés.

Por ello, la respuesta es que quizá no, ya que a lo mejor mi agenda está cerrada. Pero es sí, ya que no quiero abandonarte, ni voy a hacerlo. Mi prioridad no es conseguir dinero, así que podré buscar junto a ti a algún compañero o compañera que pueda atenderte en ese momento. 

Además, si considero que el problema -o los problemas- que me has comentado que te ocurre, va más allá de mis conocimiento o capacidades, tampoco te abandonaré, buscaremos juntas a alguien que pueda atenderte con esta problemática específica.

Según mi modelo de trabajo, las sesiones serán semanales. De tal manera que -excepto en casos específicos y estipulados con el consultante por parte de la psicóloga- cada semana, tendremos una sesión durante el tiempo que dure la terapia psicológica.

En un momento determinado, el tiempo entre cada sesión podrá aumentar -por ejemplo, una sesión cada dos semanas- si así lo determina el ritmo terapéutico o las condiciones específicas, pero esto será así siempre y cuando ambas partes estén de acuerdo.